El tabaco es el ingrediente principal en algunos de los productos que desarrolla, fabrica y comercializa nuestra compañía. Cada cigarrillo contiene una selección de diversos tipos de hojas de tabaco, mezclados, para que el aroma, el sabor y el carácter se adapten a las preferencias de los fumadores adultos.
Se ha fumado tabaco por lo menos desde hace tres mil años. Cristóbal Colón lo encontró cuando llegó a América en 1492, pero grabados encontrados en templos antiguos muestran que se fumaba tabaco en América Central ya en el año 1000 AC.
En la actualidad, más de 100 países cultivan tabaco. China es el principal productor, seguido por Estados Unidos, Brasil, India, Zimbabwe y Turquía. El tabaco crece en suelos pobres, por lo que representa un cultivo alternativo atractivo para los productores. En muchos casos, representa mayores ingresos que cualquier otro cultivo en pequeñas extensiones. El tabaco se integra bien en las rotaciones de cultivos y su inclusión beneficia a los cultivos siguientes, como en el caso del maíz.
Hoy en día, existen en el mundo millones de adultos que han decidido fumar. La industria del tabaco genera aproximadamente 100 millones de empleos en todo el mundo. Cientos de miles de productores agrícolas deciden cultivar tabaco.
Nuestras marcas se comercializan a través de nuestros distribuidores llegando a más de 150,000 puntos de ventas ubicados a lo largo y ancho de nuestro país. Contamos con un centro de distribución ubicado en Ate, y con una plataforma tecnológica de última generación que nos permite atender de manera efectiva a nuestros clientes.
Una perspectiva realista sugiere que, en el futuro cercano, una gran cantidad de adultos continuarán consumiendo tabaco. Podemos prever que los volúmenes totales a nivel internacional se reducirán gradualmente, pero, ciertamente, no se registrarán masivas caídas en el consumo. Este escenario no presenta riesgos para nuestro negocio, ya que no se trata de aumentar el mercado global, sino de competir por nuestra participación y por su valor.
La regulación de la industria también continúa en alza. La regulación excesiva a menudo tiene consecuencias no deseadas. Medidas tales como la prohibición de exhibición de producto al consumidor y los aumentos repentinos de impuestos pueden distorsionar la competencia entre las compañías de tabaco y, en algunos casos, pueden dar lugar a que los consumidores opten por consumir productos más baratos, de menor calidad e incluso comercializados ilegalmente. La regulación basada en evidencia científica es importante en las industrias del tabaco y la nicotina, cuando se desarrolla entre todas las partes involucrados, puede ayudar a asegurar un mercado ordenado, que sirva a los intereses de los consumidores y los gobiernos. Creemos que la clave para el futuro es la cooperación razonable entre los gobiernos y las compañías tabacaleras bien organizadas y socialmente responsables.